June 15, 2009

it's a melange

Como casi todos los que caemos en estas tierras, una de nuestras expectativas es que los hijos crezcan en medio de la multiculturalidad y aprendiendo 3 idiomas desde pequeños. Desde México se escucha fenomenal, pero llegando aquí uno se topa con realidades que no teníamos en el mapa. 

La mademoiselle todavía no cumple los 2 años y no pronuncia bien las palabras, por lo que entenderla se ha convertido en toda una hazaña. 

Se dice muy fácil "va a ser trilingue" pero eso se está convirtiendo en todo un reto para los padres no trilingues desde bebés ya que cuando saca una palabra nueva hay que poner a funcionar el disco duro en 3 idiomas para ver a cuál de todas las palabras se parece. Es una locura. La ventaja es que a la fecha el español es su primera lengua, el francés su segunda y el inglés la tercera, así que la búsqueda se hace en ese orden.

El otro día nos dijo que quería "manan", después de mucho averiguar descubrimos que era banane; cha es chien (perro) y chat (gato) así que hay que ver a dónde mira para saber cuál de los dos es; eche es leche; ma es más; papato es zapato; kki es cookie; pupe es poupée (muñeca); ba es back; and so on... 
 
Lo bueno es que mamá, papá, coca (mocha) y cho (choice) son bastante entendibles.

Al final eso de la multiculturalidad tiene sus bemoles. El miedo de que aprenda francés como los quebecos, inglés con acento francés y pueda hablar español pero no escribirlo bien, sigue ahí. En un libro sobre los Canadienses dice que aquí tienen 2 lenguas oficiales... y las hablan al mismo tiempo. Es verdad, es muy común escucharlos decir al ver a la mademoiselle "Ohh mon dieu, she is très cute". 

A la fecha Michelle ya entiende los 3 idiomas. No hace caso en ninguno, pero entiende en los 3. 
   

June 10, 2009

Grandir

Quizá a muchos les pase lo que a mi. Me cuesta saber cuándo es momento de cambiar y, o me quedo quieta más de la cuenta (¿saben cuántos años me quedé trabajando en UDEM?) o me muevo demasiado rápido.

Afortunadamente tengo una hija que siempre me avisa que es momento de cambiar y no acepta un no por respuesta, a menos que esté dispuesta a soportar uno que otro berrinche. 

Cuando teníamos coche, lloró y lloró hasta que nos dimos cuenta que ya no quería el asiento de seguridad de bebé, sino que debíamos pasarla a la silla vertical. Según nosotros le quedaba muy grande todavía, pero ella no pensaba lo mismo. Los llantos cesaron y pudimos movernos en relativa paz. 

Sin saber muy bien si estábamos haciendo lo correcto, la pasamos a una cama individual cuando los golpes en la cuna durante la noche nos hicieron ver que el espacio le quedaba pequeño. 

Desde hace días cuando regresábamos de la guardería, me señalaba la silla del autobús y me decía "ki ¿si?" como tratando de convencerme de sacarla de su carreola para sentarla como niña grande en el asiento contiguo al mío. Hasta ahora había funcionado el retraso con el muy mexicano "luego Michelle" o "al rato, porque ya nos vamos a bajar". 

Ya habíamos probado esta experiencia en alguna salida de domingo pero siempre regresábamos a la carreola porque es más rápido y práctico. Hoy decidí dejarla crecer. 

Salmos de casa caminando, tomamos el metro y luego el autobús bajo la condición de no pararse en la silla y no soltar de la mano a mamá cuando caminamos por la acera.  

El experimento resultó bien. Si tenía alguna duda se disipó al ver su cara de satisfacción cuando llegamos a la guardería y su educadora le dijo al ver que llegaba de mi mano "tu est une grande fille, Michelle" y vi su cara de satisfacción. 

Otra batalla perdida. 

June 07, 2009

Mocha is back

Tras el receso invernal Mocha da inicio a la temporada de primavera-verano del comando caza-ardillas, el peligro de sufrir tortícolis regresa y la guerra se declara. Veremos quién gana este año. 

June 01, 2009

only a week

La semana pasada fue de eventos familiares y de sorpresas Montrealenses, así que vayamos por partes. Los eventos fueron las graduaciones del marido y la mía y el ascenso a niña sin cuna de la Mademoiselle. 

Las graduaciones más diferentes no pudieron ser. La de él estuvo toda formal y llena de rituales, la mía fué en un bar con una coca light y unos nachos enfrente; esa es la diferencia entre la gente de negocios de McGill y la de Visual effects del NAD. Estuve en ambas y por diferentes razones las disfruté enormemente.

Para la Mademoiselle la semana culminó con una cama nueva. Desde hace tiempo cuando la cambiábamos en nuestra cama se nos escapaba para acostarse y taparse como nosotros, así que decidimos que era hora de pasar a la temida fase 2: quitar los amados barandales de la cuna y lanzarse a la aventura de la pseudo autonomía no sin antes prepararnos con todas las técnicas para mantenerla en la cama. Como de costumbre ella dio al traste con toda nuestra preparación porque en las noches no se levanta de la cama y para las 7:30 a más tardar está dormida y podemos respirar tranquilos y atrevernos a subirle un poco a la TV, pero las siestas se han convertido en toda una pesadilla, sobre todo porque "las niñas que no usan cuna, tampoco usan chupón" y estamos en pleno Detox. 

Justo en medio de las graduaciones y cambios la ciudad me sorprende una tarde lluviosa con una suspensión en el sistema de metro, "demonios, otra vez la excesiva humedad en los túneles", pensé, así que salí del metro y me dispuse a tomar el autobús para ir a un bar. De paso por Berri-UQAM, me extraña ver la cantidad de gente que sale de ahí. Tres horas después la ciudad era todo lo caótica que puede ser Montreal con un montón de ciudadanos que ante la crisis sacan la vena británica que les impide molestarse por cualquier cosa, y ese cualquier cosa incluye la suspensión por más de 3 horas de las 2 más importantes líneas del metro. La razón del "caos" es todavía más increíble, de hecho aún hoy pienso que lo soñé. 

Tal parece que un tipo se acercó a un policía en la estación Berri-UQAM a la hora pico (5:00 pm) y le dijo palabras más o menos "oficial, por ahí dejé una maleta muy sospechosa, igual y es una bomba, yo que usted desalojaba el changarro", y el oficial al más pudo estilo de la AFI lo deja irse inmediatamente (no fuera que no agarrara el metro después), eso sí, luego luego dió la alarma para que desalojaran la estación, pararan el metro y se pusieran a buscar como locos por todos los pasillos y túneles la dichosa maleta, misma que no encontraron sino hasta las 8 de la noche y, por supuesto, vacía. Eso sí, ante tanta complicación van a revisar las cámaras de seguridad para ver si pueden identificar al hombre que dió el aviso. 

De verdad que aquí hasta los ladrones y los policías son demasiado civilizados.