September 23, 2009

Cambios

El marido tenía una taza de esas que regalan en los trabajos que decía "lo único que no cambia es el cambio", cuando la leí me pareció como una frase simplona, la verdad. Hoy no puedo decir que la entiendo al 100% pero de que hay cambios los hay, eso sí. 

Esta semana el marido comenzó en un nuevo trabajo que requerirá viajar y viajar. De entrada se va a Boston unos días esta semana y a Europa el mes que viene dejándome a cargo de la Mademoiselle y los hijos caninos. Comienzan las apuestas para ver si mi espalda aguantará el trote o si mis dotes organizadoras me sacarán adelante del apuro. 

Independientemente de eso, está de más decir que lo voy a extrañar, estábamos demasiado acostumbrados a nuestra rutina de este "año medio sabático" de estudios. Cualquiera pensaría que las tensiones eran muchas entre nosotros con el cambio de país, estudiando sin trabajar y con hija y 2 perros, pero la verdad es que fuera de algunas crisis (de mi parte, debo decir) por el clima durante el invierno, en general lo disfrutamos mucho. 

Teníamos años de no comer juntos, de no platicar "en persona" a media tarde o a media mañana a la hora del "Dorito", o de no salir entre semana a cosas tan triviales como ir al super o a la farmacia. 

Ahora vuelve la rutina del trabajo. Agradezco tremendamente que Aldo tenga el trabajo que buscaba desde hace 4 meses, que esté contento y que sus ingresos nos permitan estar tranquilos, comprar camioneta y seguir con el nivel de vida que tenemos ahora, pero ¡qué quieren! siempre he sido una inconforme. 

Todavía queda pendiente mi chamba, ya que me eché para atrás en uno que medio me coqueteaba cuyo horario no era NADA compatible con el trabajo del marido, la beba y los perros. Estoy segura que saldrá algo apropiado y que pronto estaré corriendo de un lado para otro. Sin embargo ahora y cuando ese momento llegue, seguiré extrañando este tiempo de tranquilidad que vivimos. 

Cinco, cuatro, tres, dos, uno... comienza la diversión.    

September 21, 2009

Shock cultural

A su tierna edad no se puede decir que la mademoiselle haya vivido muchos choques culturales... hasta ahora. 

Cuando llegamos a vivir a Montreal, para ella fue completamente normal ver en invierno la nieve, sentir el aire frío y escuchar a la gente hablar en 3 idiomas. Pero con la música la cosa cambió. 

El domingo pasado estábamos en la tradicional plática con los abuelos por Skype mientras ella veía Youtube (multitask ante todo), cuando se nos ocurre poner un video que le gusta mucho al primo Santiago, se llama "Las burras de Moreno" y se puede localizar fácil escribiendo "fine fine fine very good very good very good" (el nombre me debió haber dado alguna pista). Cuando lo localicé y le puse play se abrió un mundo hasta entonces desconocido para Michelle, no parpadeó durante los primeros 10 segundos incrédula de lo que veía/escuchaba, a los 30 segundos no pudo más y se llevó las manos a la cabeza exclamando "oooh noooo, oooh nooooo" una y otra vez. La mamá decidió finalizar la tortura de inmediato para beneplácito de todos, en especial de Michelle. 

Cuando le conté al marido el incidente y tras la indignación inicial, se dejó sentir una oleada (que más bien parecía tsunami) de orgullo paterno "I'm proud of you baby". Like father, like daughter.

He decidido preparar un plan más suave para su inmersión cultural mexicana, ayer mientras estábamos paseando en la camioneta le puse a Cri Cri. Much better. 

September 05, 2009

Pequeñas grandes victorias



Para quienes venimos del mundo "tienes los contactos apropiados y dinero suficiente, entras a la escuela que quieres" estar aquí buscando escuela es un verdadero shock. La educación y la salud es lo más socialista de los canadienses, hay esos servicios privados, pero son taaan caros que solo los muuy ricos lo usan. 

Por ellos mis mayores victorias en este país ha sido conseguir médico familiar para el marido y para mi, pediatra para la niña y guardería para la Mademoiselle. 

Hay médicos, pero no hay suficientes para todos así que casi te ganas la lotería si consigues uno, si no, seguirás yendo a las consultas con el médico que te toque y estarás consultando sin expediente ni historial de tu salud de por medio. 

Lo de las guarderías es otro boleto. Hay muchas pero o son caras (25 a 30 dlls. diarios) y solo los cuidan sin programa educativo de por medio. Eso sí, no importa si es pública o privada sólo se permite que hayan 5 niños por grupo, así que si ponemos como media una mini guardería con 5 salones, hay cupo solamente para 25 niños. El gobierno dice que una persona sólo puede atender a 5 niños correctamente, si acaso llegase a tener 7 niños la educadora necesita una asistente. 

Con este panorama desde al año pasado me inscribí en cuanta guardería (de 7 dlls. diarios) había y este año apenas terminé la escuela me dediqué a hacer un tour para renovar mi situación en las listas de espera diciendo que todavía estaba interesada, que no me olvidaran. Finalmente me llamaron y Michelle tuvo su primer semana en una escuela "grande", hay alrededor de 80 niños, wowwww toda una escuela hecha y derecha. 

En la escuela Michelle está en el grupo de los Angels y como la maestra se llama Nancy son los Nancy's angels. 

A pesar del llanto inicial, los reportes diarios indican que es una "good eater and good walker" y que se echa más de 1 hora de siesta diaria (quien fuera ella...). El viernes pasado tuvo "a sunny day" con juegos inflables en el patio y elote con mantequilla. Si come y duerme bien para mi ya es suficiente para decir que a la fecha el saldo es bueno.

Educación y salud. Check.    

September 04, 2009

Distancia



Estas semanas han sido de acortar distancias. 
Los abuelos vinieron a visitar a la Mademoiselle por su cumpleaños.

Para un adulto una semana no es suficiente para ponerse al corriente con personas a las que no has visto en un año, así me sentí cuando mis papás vinieron por ese tiempo. Afortunadamente los niños tienen otros tiempos y ya para el segundo día, se habían dado una idea clara del carácter de la nieta.

Día 1. Cautela. La mademoiselle no cree que a quienes ve cada domingo por el Skype hayan salido de la computadora para desayunar con ella. Milagros de la tecnología.
Día 2. Confianza. Tras un día de portarse como la niña modelo que no es, comienza a dejar ver algo de su carácter. El termómetro de la chiflazón comienza a subir pero se dispara definitivamente al celebrar su fiesta de cumpleaños, donde le muestra a los abuelos, con lujo de detalle, que la susodicha tiene su carácter. 
Día 3. Sorpresa. La mademoiselle se deja caer con la comida sorprendiendo a todos, como siempre, se empeña en dejar mal a los padres que semanas antes habían asegurado que no comía bien. 
Día 4. Desparpajo. Con total carencia de pudor, la mademoiselle se muestra tal cual es (con un poco de chiflazón añadida), en medio de sus actividades cotidianas se da tiempo para callarme, atormentar a los invitados a su fiesta y hacer un berrinche en medio de sus paseos.
Día 5. Temperatura. Paseos en bote, berrinches y un gran apetito hacen mella. La tamperatura hace su aparición. Nada grave.
Día 6. Cumpleaños. El día del cumpleaños oficial la mademoiselle se dedica a dejar oir su voz, selecciona su regalo y reajusta sus horarios de sueño (el cumpleaños es sagrado como para desperdiciarlo durmiendo ¿verdad?). Reparte abrazos y más abrazos. 
Día 7. Partida. Michelle despierta y al buscar a los abuelos se da cuenta que no están. Para media mañana se resigna a quedarse con los papás de nuevo y a volver a la rutina y al orden.  
¡Qué remedio!