Desde inicio de año lo veía venir. Cuando el verano comenzó también lo hizo mi negación, sabía que este día iba a llegar pero le sacaba la vuelta una y otra vez.
Desde hace meses sentía que mi cuerpo no era tal, como que "no me hayaba"; ya saben, esa sensación de saber que algo no anda bien.
Hoy es el momento. El otoño llegó y con él la necesidad de sacar del clóset la ropa guardada desde la primavera.
Desde hace semanas, cada vez que el marido me decía que había ofertas, que debía ir a comprarme ropa porque me veía con la misma todos los días me daba pavor porque eso significaba enfrentar la realidad. Lo inevitable llegó. Hoy me metí al clóset para salir de él más frustrada y llena de kilos que antes.
Desgraciadamente a la hora de cambiar la ropa no lo hice como cada año (sacando la de otoño-invierno y metiendo la de verano) sino sacando la que me queda y guardando la que no.
Una dieta URGENTE se avecina. Es eso o deprimirme cada noche al escoger la ropa para el día siguiente.
Este fin me despido de los totopos, fritangas y taquitos y digo hola al pollo asado. Ni hablar.
Y si lo intentamos de nuevo (?)
7 years ago