Comienzo este blog 2 días después de haber llegado a Montreal en la denominada "época Montreal". Para no aburrir a quienes tienen la osadía de leer el blog y para quienes quieren ahorrar tiempo dividiré por temas la llegada.
El despegue
Si alguien ha viajado en avión con transbordos en vuelos mayores a 1 hora con una niña de casi un año entenderá perfectamente cómo estuvo el trayecto, si a eso le agregamos que por cortesía de Delta tuvimos retrasos en todos los vuelos la cosa se vuelve interesante.
El día comenzó a las 3:30 de la mañana cuando el marido y yo nos dispusimos a levantarnos para empacar lo último (cosas de baño y miscelaneos). Mis papás se levantaron temprano y hasta la Michelle decidió no hacer el viaje al aeropuerto dormida, ahí los de Delta se portaron excelente y nos pasaron a la sala donde todo parecía normal, hasta la Michelle se durmió en el camioncito camino al avión cuando ya llegando a la escalera de entrada el camión se regresa a la sala de espera, el veredicto: una falla. Vuelta a la sala de espera. Después de pensar que podríamos desayunar en Wings (cosa que intentamos hacer y no pudimos) nos llaman diciendo que debemos ir al front desk a registranos de nuevo porque seguramente perderemos nuestros trasbordos ¡¡¿¿No me digan??!! Total que para no hacerles largo el cuento 2 horas después y con una niña en plena desesperación por despertarla de su sueño, regresamos al punto de partida. La mayor ironía de todas es que cuando finalmente llegamos, nos dijeron que el avión estaba a punto de despegar y que sólo nos estaban esperando a nosotros (¡¡!!).
En fin, una vez en el avión Michelle se portó excelente, hizo comal y metate con los vecinos, se durmió, estuvo atenta a los foquitos que prendían y no hizo ni ruido en el despegue, las bolsas de aire o el aterrizaje.
Dado el retraso, estábamos programados para subirnos al vuelo de las 2:30 (nuestro vuelo ooriginal era a las 12:30) así que hicimos una breve parada en Chili`s para calmar el hambre y de vuelta en el avión. Cuando parecía que el resto del viaje transcurriría sin problemas, nos suben al avión y al intentar cerrar la puerta se dan cuenta de que no cierra. Oh sí, mis queridos, aquí nos tienen 1 hora mientras el hombre de mantenimiento descubría por qué no se cerraba la maldita puerta. Debo admitir que aquí Michelle perdió la tranquilidad que la caracteriza (ja!) y estuvo necia, necia, necia, sin embargo si la comparo con los demás pasajeros estuvo a la altura ya que todos, pero todos, echábamos lumbre por estar ahí disfrutando del calor de Atlanta en verano y sin poder movernos de un mini espacio. Nice. Una vez que arrancamos y pusieron en funcionamiento el clima sacamos a la artillería pesada (Muppets y Eric Clapton) y Aldo y Michelle hasta se echaron un sueñito. El resto del viaje transcurrió sin problema.
El recibimiento
Montreal nos recibió con un clima espléndido y la perspectiva de encontrar un taxi en donde cupieran 4 maletas pesadísimas, una carreola, 2 adultos y 1 bebé y 2 mochilas de mano que más bien parecían de cuerpo entero. Cuando estábamos en la fila para conseguir el taxi se acerca una señora y me dice que la niña es encantadora, yo pongo cara de asombro y le digo que si la hubiera visto en el avión no diría lo mismo, la señora me contesta que ella estaba sentada atrás de nosotros y que Michelle se la pasó "platicando" con ella todo el vuelo. Después de que Michelle volvió a desplegar sus encantos con la vecina diciendo adiós con la mano (bueno, su versión de adiós), me cayó el veinte de que estuvimos en un mini espacio con la beba y yo en babilonia porque no me había dado cuenta de nada. Michelle:1, Mamá: 0.
Michelle y Montreal
En cuanto Michelle se subió al taxi comenzó a aplaudir, gritar y bailar; me gustaría pensar que fue porque le gustó lo que veía por la ventana, pero cabe la posibilidad de que estaba hasta la coronilla de aviones y que deseaba cambiar el medio de transporte. Espremos que el romance siga.
Cuando llegamos a la casa nos encontramos con la sorpresa de que Héctor, Marcela y Montse nos estaban esperando con letrero, globos y cuna armada. Ese recibimiento se mereció nuestro agradecimiento eterno y una cena que hicimos con gusto y placer en un restaurant que se encuentra a 2 cuadras de la casa. En todo este proceso contar con Marce y Héctor ha sido fundamental ya que no sólo no nos sentimos solos, sino que estamos muy bien acompañados.
Michelle y las tiendas
Tenía pensado poner lo que hemos batallado llevando a una bebé de tiendas, cargados con media casa y sin coche, pero la verdad es que Michelle tiene una relación de amor-odio con las tiendas. Mientras pueda comer todas las etiquetas y recoger todos los papeles del piso, la cosa marcha; pero en cuanto se le ponen límites la cosa cambia, la cara se le transforma y comienza la gritería. Mamá y papá sufren.
Primer golpe al ego
El día después de que llegamos Aldo me lleva al banco para anexarme a la cuenta y poder tener tarjeta del cajero.
Cuando la mujer me hace la entrevista para llenar el formato al preguntarme si trabajo y responderle que no, se brinca unas preguntas que después descubro son de escolaridad. o sea que además de floja, burra.
Day off
Después de una semana de locura, decidimos tomarnos un día libre e ir con los amigos a un día de campo. Tras descubrir que no iba preparada en lo absoluto con lo esencial a pesar de que llevaba 2 mochilas llenas de cosas, me di cuenta que necesito ir a Dollarama con calidad de urgente. Michelle disfrutó como loca y el marido se "asoleó" y sudó con los 26 grados montrealenses. Descubrimos los secretos de viajar en metro y en autobús con Michelle en una carreola más pequeña (con el autobús lleno no les recomiendo las maravillas de carreolas que llevamos en Monterrey) y disfrutamos del verde y del fresco.
Hoy domingo fuimos a Wall-Mart y en el estacionamiento mientras esperábamos a un taxi (imagínense como ibamos de cargados) Michelle se metió una colilla de cigarro a la boca, una señora Quebecois se dio cuenta y se lo quitó delante de mis narices, me cae... Después fuimos al parque a llevar a los perros a pasear. Aldo y Mónica en calidad de bulto, Michelle y los perros como nuevos. Michelle:2, Mamá:0