Hoy fuimos a la Fête des enfants de Montréal que se celebró en un parque ubicado en una isla cercana (la misma donde está el casino de Montreal). Cuando entramos al metro me empaniqué porque estaba aquello lleno de niños con carreolas, familias y gente, mucha gente y pensé "va a ser eso como estar en la macro en 16 de septiembre", pero cuál fue mi sorpresa al darme cuenta que pudimos ver los espectáculos, sentarnos bajo un árbol a comer y a hacer nada y pasear por el parque sin aventarnos ni que nos aventaran. Sinceramente y aunque el clima era un poco cálido (24 C) y el sol estaba picosín, el aire estaba fresco y la Michelle disfrutó como enana cuando la llevamos a donde estaban bailando y se integró a un típico baile quebecois con singular alegría.
Lo más interesante fue ver como a nuestro lado pasaban familias de todas las nacionalidades e incluso varias familias mixtas. En la parte central había un puesto que se llamaba ¨Las fiestas mexicanas¨ o algo así, que tenía una piñata colgada y donde estaban una señora y dos muchachas pasando a los niños a pegarle a la piñata mientras cantaban el clásico ¨dale, dale, dale...". Fue divertido ver a un niño asiático, que hablaba francés, pegarle a una piñata mexicana mientras se oía de fondo música cubana del puesto de al lado. Eso es globalización. La Michelle feliz. Punto para mamá y papá.
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