Primero me dejaría apapachar como lo hacía en Monterrey, donde una vez al mes y por una no tan módica cantidad, me pintaban el pelo, me hacían manicure y se ocupaban de procurar el tan necesitado espejismo de que mi cuerpo lidiaba bien con el estrés.
Cambiaría leer en el metro y en el autobús por un sillón cómodo con un latte descafeinado frente a mi.
Iría al cine a ver al menos una de las películas que desde hace un año y medio quiero ver o iría a uno de los muchos festivales que hay en estos días en Montreal (Festivalísimo y Festival Internacional de Cine sobre Arte).
Hacia el final de la tarde, regresaría a casa por Michelle, Aldo y los perros para ir al parque juntos, Choice y Mocha convivirían con otros perros sin incidentes y Michelle no acosaría a cada animal que viera con la intención de abrazarlo.
Después de escribir esto me doy cuenta que de 2 cosas, soy más burguesa (y estoy más cansada) de lo que me gustaría, y no tengo mucha noción del tiempo.
1 comment:
Estamos viviendo tiempos interesantes, mi querida comadre... donde el wishful thinking, o el suenio ideal, son necesarios para no olvidar quienes fuimos, pero seguir abiertos a las personas en que nos estamos transformando. Si te consuela en algo, mi pelo se niega a regresar a su color (esta empeniado en el azabache), y no puedo hacer nada porque me quedaria calva con el sol del verano. JA! asi que di no al salon! :) Se le quiere!
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