January 21, 2009

Del jugo de piña y otros menesteres

Cambiar de país es casi como cambiar de vida, pero con el recuerdo de la anterior todavía fresco. Para bien o para mal. 

Todavía se me antoja el jugo de piña, el elote de la Purísima, las charlas inteligentes en los pasillos udemitas, el coche cuando el clima no es el mejor (y en Monterrey no lo es nunca), emocionarme con un proyecto de tv, comer tostitos con queso a media mañana, los tacos del Paisa, las enchiladas de la Juarez, compartir el sentido del humor con un extraño, toparme con un amigo donde menos lo espero ("esto es un rancho grande") o darte cuenta de que tu nuevo amigo es amigo de tu amigo.      

No extraño, sin embargo, el consumismo wannabe regio, toparme en los pasillos (y en el aula) con las versiones reloaded de Cindy la regia, sacar a los perros a pasear con una temperatura de 35 grados a las 6 de la tarde, la televisión mexicana, el agandalle, que mi hija baile con Tatiana o escuche en navidad ¨Los peces en el río" con Pandora, ver en las noticias mañaneras a Goyo impecable dando la nota roja cuando yo no me he limpiado la lagaña y los comentarios de "esto está cada vez peor" mientras te miran con cara de desesperanza. 

En todo cambio ganas y pierdes cosas, y con ello, cambias tú también. En este último año y medio pasé de ser la maestra udemita, a la mamá, a la ex-maestra y a la ama de casa desempleada con marido, niña y dos perros. Ahora me preparo para entrar en la etapa de ser nuevamente estudiante y trabajadora con los malabares que hay que hacer cuando se compagina eso con una familia. Nada mal para alguien que estaba cansada de hacer lo mismo.

Veremos pues en qué para la aventura. De lo que me gusta y no de vivir aquí hablaré en otra ocasión.   

1 comment:

Ana Rangel said...

Me gusta tu blog, Monica... me gusta como relatas todo, además de lo que extrañas de Monterrey, yo tambien lo primero que hacía al levantarme era prender las noticias con Gregorio Martínez y Jeanette Suárez en el canal 2 , checar la temperatura, vestir a los niños y llevarlos al kinder en la comodidad de la camioneta familiar... y esas cosas tan mundanas, tan cotidianas están ya fuera de mi vida, y no te puedo negar que empiezo a sentir nostalgia!!! :'S, pero bueno, como dices tú, estamos abriéndonos a una nueva vida y hay que abrazar todo lo que eso conlleva... SALUDOS :-D