August 16, 2008

Michelle y los paseos














Como es de esperarse la Mademoiselle tiene sus días buenos y malos, el viernes se portó de maravilla ya que fuimos a recorrer por primera vez Montreal como turistas con camioncito de 2 niveles incluido. Durmió y comió en las más raras condiciones, lo que para ella es un esfuerzo sobrehumano. El papá y la mamá felices y orgullosos de su pequeña que se portó a la altura. Tanta belleza no puede durar para siempre y el sábado nos dió una función especial de una obra cada vez más representada titulada "quiero que me cargues pero no me toques" en medio del Mall cercano a la casa. Así es, mis queridos, quería que la cargáramos y cuando lo hacíamos repelaba porque quería bajarse; quería que la dejáramos sola y cuando le cumplíamos el capricho quería que la subiéramos... oh sí, divertido es poco. Lo que sí aprendimos es que cuando se pone así, no hay cosa que la complazca, así que es mejor no intentarlo. 

A pesar de los berrinches ocasionales hay una constante y es que ella se pone feliz y radiante cuando la ponemos en la carreola porque eso significa calle. Ya afuera es otra cosa porque si está moviéndose es la más feliz, pero si hay que esperar un camión o un metro, el estado de humor cambia y la desesperación la consume. Dónde he visto yo eso antes... a qué me suena...  

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