September 18, 2010
Saliendo (¿o entrando?) del clóset
Desde hace meses sentía que mi cuerpo no era tal, como que "no me hayaba"; ya saben, esa sensación de saber que algo no anda bien.
Hoy es el momento. El otoño llegó y con él la necesidad de sacar del clóset la ropa guardada desde la primavera.
Desde hace semanas, cada vez que el marido me decía que había ofertas, que debía ir a comprarme ropa porque me veía con la misma todos los días me daba pavor porque eso significaba enfrentar la realidad. Lo inevitable llegó. Hoy me metí al clóset para salir de él más frustrada y llena de kilos que antes.
Desgraciadamente a la hora de cambiar la ropa no lo hice como cada año (sacando la de otoño-invierno y metiendo la de verano) sino sacando la que me queda y guardando la que no.
Una dieta URGENTE se avecina. Es eso o deprimirme cada noche al escoger la ropa para el día siguiente.
Este fin me despido de los totopos, fritangas y taquitos y digo hola al pollo asado. Ni hablar.
September 06, 2010
La perdida
He estado durante los últimos 3 meses trabajando en mi primera empresa 100% francófona en un puesto que requiere estar todo el día (bueno, tooodo el día hasta las 4:30 que salgo) en un escritorio frente a la computadora, así que la idea de regresar a la casa a sentarme frente a la macumbita a escribir no era muy atrayente. Ya como que voy superando el trauma y pienso retomar la escritura, aunque sea para que el español no se me olvide porque a como voy estoy como las traductoras simultáneas de TV Azteca de eventos como Oscares, Emmys y Miss Universo, que el inglés no se les da y el español de les dificulta. Bueno, pues igualito pero con 3 idiomas.
En estos 3 meses de ayuno (y verano) comencé a trabajar, tuvimos de visita a Mariana (una exalumna que vino a estudiar francés y fungió como nanny de Michelle mientras nosotros finalmente asistimos a conciertos del festival de Jazz) y celebramos el cumpleaños de Michelle.
Comenzó un nuevo ciclo escolar de la mademoiselle con Angie, el marido comienza sus viajes y yo me dispongo a alargar mi contrato hasta diciembre. Como ven, yo dejé de escribir pero fue solo por una buena causa ¡¡disfrutar el verano!! y ahora back to reality.
May 21, 2010
Update
May 18, 2010
El vete dentista

Es de todos sabido que en mi casa podrá no haber médico familiar pero desde que tenemos canes no puede faltar un Vete.
May 07, 2010
La tarea
April 15, 2010
Time out
March 26, 2010
Cuentos de hadas para princesas caídas

Me da pena decirlo, pero aunque corta, yo también tuve mi etapa de princesas. Tuve la suerte de tener unos padres que me dejaron ser sin nunca perder de vista la realidad. Gracias a ello, mi etapa princesa me dio la fuerza suficiente para soñar, pero con la certeza de que los finales felices no son nunca finales, sino principios.
Lo del príncipe azul es otra cosa. Nunca creí en príncipes ni en la bondad que demostraban, too good to be true.
La Mademoiselle está en una edad en que no hay mucha reflexión del contenido ya que no ve la película como un todo, sino en fragmentos. Si una mujer se pone vestido largo, canta y baila, tiene los atributos necesarios para convertirse instantáneamente en princesa.
Sin embargo los adultos no somos tan afortunados y tenemos la mala costumbre de analizar todo. Va ahora, para quien le interese, mi lista de lo mejor y peor de las clásicas películas de princesas.
La Cenicienta
Lo mejor: El hada madrina (SIEMPRE lo mejor es el hada madrina). Yo soñaba con la idea de que cuando estuviera en problemas alguien llegara y con su varita mágica me cantara algo chido e incomprensible (bibidibabidibú) mientras me sacaba del atolladero.
Lo peor: Que el hada madrina nunca llegó a mi vida y que la condenada cenicienta nunca hizo valer sus derechos. La explotaron por mensa, ella tuvo la culpa.
Blanca Nieves
Lo mejor: Los enanos, aunque les tenga que lavar y cocinar (hay que tomar en cuenta que ellos la mantenían).
Lo peor: Que en los primeros 5 minutos ya habían mandado matar a la protagonista quitándole el corazón y, sobre todo, la viejecita vestida de negro que es en realidad la malvada madrastra. Desde entonces nunca pude ver sin desconfianza a las pobres ancianas viudas que iban a la iglesia los domingos.
De hecho tardé mucho en armarme de valor y mirar de frente a Florita, una amiga “entrada en años” de la tía Cuqui que era buena como el pan pero que tenía la desventura de ser de tez muy blanca, chimuela, vestirse siempre de negro y llevar paliacate del mismo color en la cabeza. A la pobre Florita le costó más de dos cumpleaños de hermosas bolsitas de dulce y piñata hechas por ella para que la pudiera ver sin esperar que me ofreciera una manzana para envenenarme.
La bella durmiente
Lo mejor: La bruja mala. A pesar de su muy latino complejo de inferioridad (como nadie me quiere y me “hacen menos” no invitándome al bautizo, ai les va el hechizo para la princesa) es la mejor mala de todas, y cuando se convierte en Dragón se reivindica completamente de sus complejos e inseguridades ante mis ojos. La terapia le funcionó.
Lo peor: Aurora, la protagonista, porque nunca hace nada ni con ni por su vida, aunque baila lindo al final.
Me agrada que las princesas modernas hayan cambiado el estereotipo y la calidad de la música haya aumentado, pero a veces extraño que la mercadotecnia de las princesas haya sustituído a los cuentos de hadas. ¿No les pasa igual?
March 22, 2010
Parteaguas
